Narco: Estigma para el nuevo régimen
“Desde hace tiempo el pueblo ha perdido interés por la política,
ahora deja hacer y sólo desea con avidez dos cosas: pan y circo”
Juvenal, Libro IV, Sátira IX, 75-80, p. 189
1).- La herencia perniciosa
La doctora Claudia Sheinbaum ya es presidenta. Con “a” (sic). Dos discursos: el del TEPJF, conciliador y esperanzador. El otro, ante sus fans, la huella del López-obradorismo: arremeter contra los adversarios. Todo un proyecto de futuro. Mujeres y pobres primero. Perfil de heroína: apostar “hasta mi propia vida”. Lo peor, no caminará sola ni tendrá su propio perfil. Seguirá detrás la huella del encono y el odio, marcada por su mecenas. Tampoco “habrá guerra contra el narco”. Es decir, seguirá el cogobierno con los grupos criminales; los abrazos y más balazos. Justo cuando México enfrenta uno de los escándalos más sonados en su historia política: la relación evidente con el crimen organizado. Esa cloaca inmunda que volvió a destapar el affaire Mayo Zambada.
Sin embargo, el tema es añejo. Evidencias que AMLO y secuaces han negado una y otra vez. Se ha descalificado a la Agencia Antidrogas (DEA), periodistas y a medios de comunicación quehan dado elementos, cuestión que los acólitos del Mesías han querido ocultar y negar como lacayos serviles. “Leones en privado; gallinas en público”, decía Petronio. (El Satiricón/La cena de Trimalción, Gredos, Barcelona, 2022, 44.15, p.91). Porque si hay un régimen en donde se ha violado la ley es éste. El uso ilegal de las armas del Estado. Un día es María Amparo Casar, al otro Claudio X. González, de MCCI. Al siguiente es Carlos Loret o Ciro Gómez Leyva. Pero hay algo irrebatible: el narcotráfico y la inseguridad serán el lastre de C. Sheinbaum. Su dote: Un país desmadrado. Salpicado de sangre. Enconado y polarizado.
2).- Transformación: Capítulo II
Al analizar los excesos y ultrajes en el imperio romano en tiempos de Julio César, Maquiavelo reconoció que para el aludido se abrían dos caminos: “uno, que le haría vivir seguro y tras la muerte volverse glorioso y otro, que le haría vivir en continuas angustias, que lo dejaría después del imperio en sempiterna infamia”. (Discursos sobre la primera década de Tito Livio, Alianza Editorial, Madrid, 2018, p.75). Mucho antes de que la FGR y el “fiscal carnal”, Alejandro Gertz hubieran emitido comentario alguno sobre el caso de “El Mayo” y de su balandronada de “traición a la Patria”, AMLO, Sheinbaum y gobernadores afines salieron -tiernamente ridículos- a emitir una defensa burda del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha (nacido en Badiraguato), desde hace tiempo vinculado con líderes criminales. Ver columna de Salvador García Soto. (“La desmemoria de Rocha Moya”, El Universal, 13 agosto, 2024).
3).- La visión externa
En el entorno global, México es un narco-Estado. Para el republicano Donald Trump, “los grupos criminales pueden quitar al gobierno mexicano en dos minutos”. Difícil para la nueva presidenta reconstruir la imagen de México. Menos con la actual diplomacia de utilería. Las giras de AMLO a Badiraguato o su encuentro con la difunta madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán, no han sido ignorados ni por los adversarios, mucho menos por la sociedad mexicana en su conjunto. Tampoco pasaron desapercibidas las campañas políticas de quienes cuajaron las gubernaturas de Morena en 2021. Menos el secuestro de operadores del PRI y otros partidos, por grupos criminales en Sinaloa, que le dieron el triunfo a Rocha. En Tamaulipas, Américo Villarreal habría sido fondeado con dinero sucio del CDS.
En la reciente jornada electoral, organismos civiles y medios de comunicación advirtieron la presencia del crimen organizado para beneficiar a Morena y aliados. La connivencia ha tenido un resultado fatal: encogerse de hombros ante el baño de sangre. En estados fallidos como Chiapas, Guerrero o Michoacán, gobernados por los morenistas: Rutilio Escandón, Evelyn Salgado y Alfredo Ramírez Bedolla, respectivamente -y obvio, Sinaloa- los cárteles son los que dictan las reglas. La seguridad pública es una tomada de pelo. México es un país devastado por la disputa entre cárteles del narcotráfico. Los nuevos consorcios trasnacionales.
Colofón:
Pero la realidad del país se ha apagado con diatribas y denuestos. El desolladero público que denominan “mañaneras” ha sido la tribuna inquisitoria para lanzar nombres como huesos a una jauría. Émulos de los principios de la propaganda nazi de Joseph Goebbels, han desplegado onerosas campañas para opacar los cuestionamientos al Mesías. La denuncia es la única arma. Ello me hace recordar una cita ad hoc de Tácito: “Hasta la memoria habríamos perdido junto con la voz…, si hubiéramos tenido tanta capacidad para olvidar como tuvimos para callar”. (Historias, Cátedra, Madrid, 2006, Agrícola, 2.3., p. 23). La negativa y el ataque sistemático han sido para el régimen obradorista, sus armas de Estado.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— ¡Vaya con nuestro aparato de justicia! La misma presidenta del TSJ del Estado, Berenice Ramírez, descalificando a uno de su mismo establo, siendo parte de la podredumbre. El juez de Control que habría liberado a Juan Vera Carrizal y que ahora es el villano de la película. Pero, ¿cuál es el trasfondo del tema? Un argumento más para abonar a la urgente reforma judicial de AMLO.
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